Anoche fue una noche de aventura. Eran las 10 y poco de la noche. Los árboles bailaban al son del viento, se oía un pequeño silbido, señal de que el viento se sentía el dueño de la noche, quería que se supiera que estaba ahí. Todo estaba oscuro, en mi pueblo de adopción hay 4 farolas. Salimos en el coche, yo y mi compinche, con chandals y gorros, apenas se nos veía la cara. Íbamos a buscar algo que necesitábamos, algo preciado, venido de otro continente y de gran valor para nosotros. El camino fue corto, y al llegar al lugar hablamos con nuestro contacto, que nos sirvió el preciado material, fue una negociación rápida, y gracias a nuestra labia nos salió gratis. Llegamos a casa y sacamos de la bolsa nuestro tesoro…
Habíamos pensado hacer patatas bravas y se nos habían olvidado las patatas!! Que me gustan las aventuras!!!
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